domingo, 14 de diciembre de 2008

La dignidad de la persona "Dignitas Personae"

12/12/2008. El Vaticano condenó la fertilización artificial, la investigación con células madre, la clonación de seres humanos y la píldora anticonceptiva del día después, en un nuevo documento sobre bioética difundido hoy en la Santa Sede.
A través del documento "Dignitas Personae" (la dignidad de la persona) emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Vaticano aseguró que la vida es sagrada en cada etapa de su existencia.
"El embrión humano tiene desde el principio la dignidad que es propia a la persona. Es moralmente ilícito sacrificar vida humana para una meta terapéutica", señala. El Vaticano se opone a la clonación terapéutica, que convierte a seres humanos en estado embrional en simples medios y los destruye. Apela además "a la responsabilidad ética y social".
El documento actualiza el escrito "Donum vitae" (El don de la vida) publicado hace veintiún años por Juan Pablo II sobre el respeto a la vida humana en sus inicios y la dignidad de la reproducción.
El texto, que actualiza el anterior emitido por el Vaticano en 1987, reconoce el deseo legítimo de tener un hijo y "los sufrimientos de los cónyuges afligidos por problemas de infertilidad", pero precisa que esto "no justifica su producción".
Respeto a la vida. El documento afirma que la vida humana merece respeto "desde las primeras etapas de su existencia y que nunca puede ser reducida a un mero grupo de células".
Bajo este concepto, el documento se opone a la píldora anticonceptiva del día después, porque impide la implantación del embrión en el útero y entiende que es equivalente al "pecado del aborto".
El texto señala que la mayoría de las formas de fertilización "deberían ser excluidas" porque sustituyen el acto conyugal, que es la única forma responsable para la procreación.
Así es que condenó la fertilización in-vitro por considerar que estas técnicas actúan como si el embrión humano fuera una simple masa de células para ser utilizadas, seleccionadas y descartadas, y a menudo desemboca en la destrucción de embriones.
El escrito se opone también al diagnóstico de embriones previo a la implantación, puesto que podría ser sucedido por la destrucción de embriones considerados defectuosos o por otra parte indeseables.
El Vaticano rechazó el congelamiento de embriones por considerarlo "incompatible con el respeto que merecen los embriones humanos" y porque también significa que fueron creados in vitro. Y señaló que, aunque el congelamiento de óvulos no es en sí inmoral, se torna inaceptable cuando ocurre en aras de la procreación artificial.
Pero elogió la sugerencia de permitir a las parejas infértiles "adoptar" los miles de embriones congelados que se han producido in vitro a lo largo de los años, pero indicó que dichas adopciones plantean una serie de problemas médicos, psicológicos y legales.
Apoyo a la investigación. La Santa Sede destacó que apoya plenamente la investigación con células germinales adultas, pero dijo que obtenerlas de un embrión vivo, aun en procura de terapias efectivas, es "gravemente ilícito".
Asimismo reiteró su oposición a la clonación humana tanto para buscar terapias médicas como para reproducción, porque indicó que dichas técnicas podrían derivar en que un individuo se viese sometido a una forma de "esclavitud biológica de la que resultaría difícil liberarse".
El documento afirma que sólo la investigación con células madre de tejidos adultos es moral porque la experimentación con células embrionarias no implica la destrucción de un ser.
"Algunos dicen que la enseñanza moral de la Iglesia contiene demasiadas prohibiciones. En realidad, su enseñanza está basada en el reconocimiento y la promoción de todos los regalos que el Creador ha conferido al hombre; como la vida, la libertad y el amor", apuntó el texto, que fue aprobado por el Papa Benedicto XVI.
Agencias DPA y EFE